En esta ocasión quiero compartirles una situación que sucede diariamente en mi hogar, con mi hijo menor. Como ya les había comentado, mi pequeño es autista por lo cual entre otras cosas es bastante más sensible que otras personas a algunos estímulos, ya sean, colores, olores, sabores, sensaciones o sonidos, entre muchos más.
En mi familia tenemos 2 perritos que adoptamos, y que están con nosotros diariamente, son un amor, tranquilos, pacientes y tan tolerantes con mis hijos, que a pesar que al principio ni siquiera querían tocarlos ellos hicieron su labor y pareciera que saben como se tienen que portar, se les acercan, se dejan hacer, tocar, jalar, oler, todo lo que los niños quieren, claro sin molestarlos.
El problema es que están acostumbrados a mis perros pero solo a ellos, los demás perros les asustan, los alteran y sobre todo no toleran los ladridos; en verdad que es un problema, por que donde vivo existen muchos perros tanto en la calle como entre los vecinos que tienen los suyos.
Entonces, el mayor escucha que ladran los perros y se asusta un poco, pero el menor escucha que ladra un perro que no es el suyo y es un mar de lagrimas, gritos, llanto, pelliscos, de todo lo que puede hacer para manifestar su molestia. Como sabrán, es imposible callar a un perro de la calle o del vecino, que a veces ladra y ladra y ladra durante todo el día y la noche y mi peque llora y llora durante todo el tiempo que este ladrando, como si tuviera una relación simbiotica con estos animalitos.
Esto ha sido tan fuerte y desgastante que lo comente con su terapeuta, ella me dice que al ser no verbal se le dificulta expresarse y comunicarse con nosotros y la manera de hacerlo es gritando, llorando y haciendo lo que puede y sabe hacer, pero que tenemos que lograr que se comunique de otra manera para disminuir y controlar estas rabietas. Me habló de algunos sistemas aumentativos de lenguaje, y me dijo que comenzaríamos a trabajar un sistema de tarjetas para que el aprendiera a darse a entender. Me instaló una aplicación en mi celular a la cual yo le hablo y lo que le digo lo transforma en dibujos que le puedo mostrar a mi niño para anticiparlo o calmarlo y lo primero que haríamos sería usar dos en particular: Perro y ladra.
Así la indicación que me dieron en este caso fue que cada que ladrara un perro, le pusiera estas imágenes y le dijera: el perro ladra, tu tranquilo, el perro ladra y no pasa nada o el perro ladra y esta bien. Bendito Dios está funcionando, al escuchar que un perro esta ladrando le pongo las imágenes en el celular y le digo "el perro ladra y esta bien" y mi hijo se calma, a veces si el perro ladra mucho se las dejo fijas y le digo tantas veces como lo necesite "el perro ladra, no pasa nada" y por fin han desaparecido los berrinches relacionados con ésto. Si a alguien más le pasa, créanme ¡hay esperanza!, claro que con un poco de trabajo.
Finalmente quiero dejarles este material sobre el autismo y las rabietas, dado la temática de hoy, por que me parece que es bastante acertado en el manejo de esta problemática.